Por Jimmer Prieto
Antes de verlos danzar ante la congregación por cerca de una hora, tuvimos la oportunidad de hablar con el director del grupo, quien hizo comentarios muy interesantes acerca de su grupo. Se trata de Refugio Esparza, quien lleva 7 años dirigiendo a los Matlachines Guadalupanos de la Iglesia Católica de San Juan Evangelista, de Goshen, Indiana. Dejemos que sea él mismo quien hable de su grupo.
“Esta tradición la aprendí de mi abuelo, quien era también danzante y tocaba el violín. La danza se hace en honor a la virgen María. Los colores de los trajes y todos adornos de la cabeza no tienen un significado especial, aparte de la intención de transmitir alegría, porque para nosotros esto es una fiesta. Nos preparamos a lo largo de cuatro meses para este momento y como usted puede ver, los integrantes son hombres y mujeres de todas las edades; incluso algunos están danzando para agradecer a la virgen por algún milagro concedido. Lo más bonito de la participación de los niños es que se divierten a la vez que despiertan su fe. Esos niños son los que mañana, siendo adultos seguirán danzando a la virgen y enseñarán a sus hijos a danzar para que continue esta tradición que ha conectado tantas generaciones, como en mi caso, con mi propio abuelo”.



